Al presidente de la Fundación Cinemateca Nacional (FCN), Xavier Sarabia, le preocupa que la telenovela Doña Bárbara, basada en la novela homónima de Rómulo Gallegos, es una “total y absoluta perversión de la obra” del escritor venezolano.
La serie dramática -que se transmite los domingos a las 10:00 pm por Televen- es protagonizada por Edith González como la “devoradora de hombres”, Christian Meier (Santos Luzardo) y Génesis Rodríguez (Marisela Barquero). El audiovisual es producido por Hugo León Ferrer y distribuido por Telemundo Internacional.
Sarabia refiere que en la telenovela los personajes han perdido fuerza y se ha “disminuido” el papel de Míster Danger, que en la obra original simboliza claramente al “imperio” y sus intereses sobre la patria de Bolívar.
El historiador Néstor Rivera indica que Lorenzo Barquero, Pernalete, Mujiquita y Míster Danger -todos personajes de Doña Bárbara- están al servicio de “los capitales imperiales que se asoman para sustraer la materia prima del subsuelo, los servicios y el agro”.
Agrega Rivero que son las contrafiguras de Gallegos las que dibujan con maestría los rasgos de una sociedad derrotada por las fuerzas que emergen de cambios históricos profundos.
EL CINEASTA
Sarabia destacó que no es la primera vez que la obra del escritor caraqueño se desvirtúa cuando es llevada a la pantalla. Recordó que el autor se quejó de imprecisiones en la versión cinematográfica de Canaima (1945), según se desprende del libro Rómulo Gallegos y el cine nacional: Estudios Ávila (1938-1942), de José Miguel Acosta Fabelo, editado por la FCN y el Centro Nacional Autónomo de Cinematografía.
En el portal del Centro de Estudios Latinoamericanos Rómulo Gallegos (Celarg), Acosta Fabelo advierte que lo más relevante del séptimo arte relacionado al autor de Pobre Negro, es su colaboración para los Estudios Ávila, que fue la “primera empresa cinematográfica en el país que, con aspiraciones culturales y comerciales, se ocupó de la producción de la propaganda” del gobierno de Eleazar López Contreras a través del cine.
La única película que hizo Gallegos junto al cineasta Rafael Rivero Oramas en los Estudios Ávila, fue el largometraje Juan de la calle, sobre el problema de la infancia abandonada.
EL CREADOR Y POLÍTICO
Hoy, cuando se cumplen 42 años de la desaparición física del creador literario y expresidente de Venezuela, sería irrespetuoso no mencionar sus aportes para la literatura latinoamericana, resultado de un “ambicioso proyecto” que lo llevó a indagar en lo más profundo del país para poder escribirlo.
El poeta Gabriel Jiménez Emán explicó que Gallegos le dio “vigor y realismo a sus personajes”, con roles muy contundentes, porque recorrió los parajes que describió y conversó con los lugareños.
“Es el primer novelista profesional serio, que hizo trabajo de campo, que se propuso narrar” a Venezuela, aseveró.
Doña Bárbara y Canaima son obras fundamentales, pero también lo son El último Solar, La Trepadora, Cantaclaro, El Forastero y La brizna de paja en el viento.
Giménez Emán rescataría la propuesta de Canaima, por tratarse no de los enigmas y profundidades de la selva sino sobre la búsqueda del ser humano en sí mismo. “La aventura interior de Marcos Vargas, es tan importante como la odisea que lleva a cabo”.
En las primeras elecciones presidenciales de Venezuela, en 1947, Rómulo Gallegos ganó con más del 70% de los votos. Dos meses más tarde fue juramentado en el cargo y el 24 de noviembre de 1948, su gobierno sufrió un golpe de Estado encabezado por Carlos Delgado Chalbaud, y por Marcos Pérez Jiménez.
El escritor, que fundó junto a otros políticos el partido Acción Democrática, “fue el primer presidente venezolano elegido por voto directo, universal y secreto. Ese triunfo electoral representó la concreción del proyecto de revolución democrática burguesa más importante de nuestra historia contemporánea”, afirma el historiador Enrique Nóbrega en el portal web del Celarg.
“Las masas habían accedido legítimamente a la historia política de Venezuela. La fiesta de colores, rostros y pareceres que caracterizó el acto de toma de posesión de Gallegos, representó para muchos la conquista de un viejo anhelo”, añade.
Luego de ser derrocado, Gallegos se exilio en Cuba, donde denunció “la presencia de los grandes trust estadounidenses del petróleo, que respaldaban las acciones de los militares golpistas, puntualiza Nóbrega.