Un actor le da vida en la cinta al presidente Hugo Chávez|Ya está en posproducción la película sobre el golpe de Estado de 2002

Hugo Chávez estará en la gran pantalla. No el Chávez del 4 de febrero de 1992, que lideró la rebelión militar que le dio el golpe de gracia al Puntofijismo. Tampoco el Chávez de 1998, que ganó las elecciones presidenciales aunque las encuestas decían lo contrario. El Chávez de la película Abril, del cineasta venezolano José Antonio Varela, es el del Jefe del Estado que se vio traicionado el 11 de abril de 2002; el Chávez a quien le dieron un golpe de Estado y que optó por encarar a sus captores ante la amenaza de estos de bombardear el Palacio de Miraflores.

La cinta se basa en el libro Abril, golpe adentro, del connotado periodista venezolano Ernesto Villegas, en el cual se intenta mostrar el árbol genealógico de la conspiración que derrocó a Chávez desde la madrugada del 12 de abril hasta la noche del 13 de abril.

“La película Abril ya está hecha, ya está rodada”, explica Varela, en conversación con el Correo del Orinoco. “Ya está editada en primer corte y viene el proceso de pulido”, que requerirá un mes más. También, expone, hay que construir la dramaturgia del material de archivo.

“Por ser una película hecha para mostrarse en cine tiene unos procesos de postproducción minuciosos, complejos, como la mezcla de bandas” y otros detalles. La posproducción se está haciendo en Venezuela: “En un momento de dificultad económica como el que tenemos hay que dar trabajo en el país”.

Al preguntarle cuándo debe estar en cines, recalca que no se halla en sus manos la decisión, pero señala que el espacio de estreno de un filme como este debería ser abril de 2016, por el aniversario 14 del golpe de Estado. Por lo pronto, estará lista este año.

Uno de los primeros impactos para las espectadoras y los espectadores va a ser observar a un Chávez que no es Chávez pero es idéntico. El equipo de Abril encontró un actor idéntico al Presidente y lo preparó especialmente para protagonizar al líder de la Revolución Bolivariana.

MÚLTIPLES FUENTES

Aunque el punto de partida de Abril es el texto de Villegas, la investigación “nos llevó a muchas otras fuentes”. El filme aborda lo sucedido los días 11, 12 y 13, y se pasea por las conspiraciones; conspiraciones en plural. Para hacer la cinta, Varela leyó unos 16 libros, además de unos 30 materiales más y 10 horas de documentales estructurados y material suelto.

Es un trabajo de más de dos años entre todo, y si se le suma el de Villegas con Abril, golpe adentro, al menos tres años.

El cineasta reitera que no es una película para chavistas. “Es una película que trata sobre las conspiraciones de abril”, confirma. “Una de las cosas horrorosas de abril de 2002 es que hay 30 muertos, y son mitad de oposición y mitad chavistas, con una precisión matemática”, subraya. Todas las víctimas fueron a dar al Hospital Vargas de Caracas, y esto le confirma que, “cuando alguien trata de romper el pacto social a la fuerza, todos somos víctimas”.

LLAGUNO INCLUIDO

La cinta muestra que ese 11 de abril de 2002 hubo un golpe de Estado. Para Varela no hay duda al respecto, y estima que ya nadie lo cuestiona, ni siquiera en el campo opositor. “Trece años después lo que se impuso es que sí hubo un golpe, la gente habla del golpe de abril”.

Con el filme, el realizador apuesta todo por el rescate de la memoria: “Somos una sociedad que tenemos que vivir con unas reglas y en paz; siendo diferentes tenemos que vivir en paz” y Abril evidencia que “una gente que no quería vivir las reglas de la sociedad hizo un plan maquiavélico que nos dejó sufrimiento y muerte”.

La reflexión sobre el pacto social y la democracia es fundamental. En la película se aborda lo sucedido en Puente Llaguno; el equipo del Correo del Orinoco pudo ver un demo de la cinta y en él aparecen los dirigentes del chavismo que disparan desde Puente Llaguno, así como también los funcionarios de la Policía Metropolitana que disparan contra quienes estaban en Puente Llaguno. No se esconde nada.

Varela enseña las muertes de chavistas y opositores, como efectivamente ocurrieron. Hurga en la conspiración militar “que a mi juicio era muy variopinta”, porque había sectores a quienes no les gustaba Chávez “y se acomodaron a la opción victoriosa, y sectores militares que sí eran agentes del Departamento de Estado de Estados Unidos”. También incluye, en ese ajedrez militar, a los constitucionalistas.

No descarta que sea una película que incomode, por las figuras que podrían verse representadas allí y por los matices de algunas figuras militares que -insiste- no son buenas ni malas. La participación de Estados Unidos en el golpe también está presente, porque fue muy evidente, explica Varela, y cita un trabajo hecho por el periodista Eleazar Díaz Rangel en el que se pondría en evidencia la acción estadounidense.

MUCHA COLABORACIÓN

El presupuesto de la cinta se elaboró en octubre del año pasado; el rodaje se llevó a cabo en junio de este año con los recursos previstos. El déficit para la posproducción se pudo resolver. “Qué bueno que en este contexto pudimos hacerlo como queríamos”, subraya.

El cineasta asegura que no hubo problemas con el rodaje; por el contrario, mucha colaboración de la Fuerza Armada y de Casa Militar. “El general Salazar y el coronel Bello fueron espléndidos; tuvimos la suerte de estar en los lugares reales donde ocurrieron las cosas” ese 11 de abril. El presidente Nicolás Maduro ayudó, no solo al prestar los espacios, sino de muchas formas. Villegas “ha sido un productor ejecutivo que se ha movido, ha buscado, ha ayudado; ha estado con nosotros, codo a codo, echándole pichón”.

El equipo de Abril pudo rodar en Miraflores, La Orchila, Fuerte Tiuna. Son los sitios donde Chávez, efectivamente, pasó las horas del golpe y donde transcurrieron los hechos hasta el contragolpe.

TODAS LAS VÍCTIMAS

“No hay nada que esté en la película que no esté soportado en algo documental. La historia de los marchistas de oposición está inspirada en entrevistas a marchistas de oposición” y en libros, garantiza.

Para Varela era indispensable dialogar con todos los sectores. “Nos abocamos más a investigar lo que existía sobre abril, que en ficcionar lo sucedido. Construimos la dramaturgia con los relatos que existían”, exalta. “Nos esforzamos en dejar bien paradas a las víctimas de lado y lado, nos esforzamos en trabajar la humanidad de la gente, independientemente de su visión del mundo”.

A Chávez lo ruletearon, intentaron matarlo; no obstante, llegó el 14 de abril con la Constitución en la mano: “Y si lo conectas con lo sucedido el 8 de diciembre de 2012, cuando le habló al país, es el mismo discurso”. El Mandatario “es una persona con un mismo discurso, una misma postura, que apuesta para que nos entendamos democráticamente”.

RESCATAR LA SINCRONÍA DE LOS EVENTOS

Del golpe de Estado de 2002, pero más aún, de los hechos de abril que desembocaron en el derrocamiento del Presidente constitucional, todavía quedan muchos cabos sueltos. Varela destaca el trabajo hecho por dos documentalistas irlandesas en La revolución no será transmitida, así como Puente Llaguno, claves de una masacre, del realizador venezolano Ángel Palacios.

Sin embargo, reseña que quedan cosas por contar: “Me atrevería a decir que hay que rescatar la complejidad, la densidad de esos días”.

“Muchas de las cosas no estuvieron ocultas, pero la forma como los medios las abordaron simplificó todo”, reflexiona. La organización sincrónica de los eventos “se perdió en alguna parte”, sentencia, y además se intentan imponer mentiras nuevas y viejas.

Quien vaya al cine a ver Abril se encontrará con una cinta “que intenta organizar, desde un punto de vista sincrónico, las conspiraciones que se dieron en el golpe de abril, y que está estructurada sobre la base de la conspiración militar. No es la película del contragolpe; es la película de las conspiraciones”.

Varela espera que, quien la vea, “sienta curiosidad por saber más”; entre otras razones, porque esta “es historia viva”. Una herida abierta transversalmente en la sociedad.

T/ Vanessa Davies
F/ Ángel Dejesús