Miles de ciudadanos yemeníes han salido este miércoles a las calles de la capitalina ciudad de Saná en protesta contra las políticas económicas y de seguridad del Gobierno del presidente Abdu Rabu Mansur Hadi.
Los indignados congregados en la plaza Al-Taqir (El Cambio) han gritado lemas contra la corrupción y los intentos de las autoridades del país para marginar a la comunidad chií Houthi.
Las manifestaciones responden a la llamada del vocero del movimiento chií Houthi, a continuar sus acciones hasta el logro de sus peticiones.
La suspensión de los subsidios estatales a los combustibles, la dimisión del actual gobierno y la materialización de las aprobaciones de la Conferencia del Diálogo Nacional, esta última celebrada en marzo de 2013, entre otros, forman parte de las demandas de la nación yemení.
En tanto, el asesor del mandatario yemení, Fares al-Saqqaf, ha señalado que la iniciativa nacional del presidente Mansur Hadi, para acabar con la ola de protestas, espera la respuesta de los houthis.
No obstante, el portavoz de los houthis ha rechazado la iniciativa, y ha asegurado que el objetivo de este plan consiste en despreciar la revolución de los yemeníes.
El pasado martes, Mansur Hadi se reunió con miembros del Gobierno, el Parlamento y el Consejo de la Shura, así como los representantes de partidos políticos y organizaciones sociales civiles para discutir un plan nacional, capaz de poner fin a las manifestaciones populares.
En este sentido, aceptó sustituir al Gobierno y pidió una administración de unidad nacional, y anunciar en los próximos días el nombre de un nuevo primer ministro, que sustituyera al premier actual, Mohamad Salem Basandawa, y formara el nuevo Ejecutivo.
El pasado domingo, el líder del movimiento Houthi, Abdul-Malik al-Houthi, llamó a la «desobediencia civil» para empezar «la tercera fase de la escalada revolucionaria» en Yemen.
Desde la revolución popular en esa nación, iniciada a principios de 2011, cientos de miles de manifestantes han protagonizado manifestaciones diarias en las principales ciudades yemeníes, lo que dio lugar a la salida del dictador Ali Abdolá Saleh del poder.
Sin embargo, Mansur Hadi, el entonces vicepresidente, asumió el poder en febrero de 2012 como nuevo mandatario de la nación, después de una elección de un solo candidato, apoyada por Estados Unidos y Arabia Saudí, pese a las exigencias de la población yemení en cuanto a la salida del poder de todos los elementos de la dictadura.