«Yo y las Bestias» aporta a la construcción de un lenguaje propio para el cine venezolano

Desde hoy jueves 27 de abril estará en los circuitos comerciales del país el filme venezolano Yo y Las Bestias, primer largometraje de ficción de Nico Manzano que ha tenido un brioso recorrido de exhibición y competencia desde su estreno internacional, en noviembre de 2021, en el Festival Internacional de Cine de Mar del Plata, Argentina, punto inicial de una gira que ha incluido proyecciones en el Tallinn Black Nights Film Festival de Estonia; Belo Horizonte, Brasil; Norient Film Festival, Suiza; Neighboring Scenes: New Latin American Cinema, en el Lincoln Center de Nueva York; Cine Las Américas International de Texas y el Festival Internacional de Cine de Cartagena de Indias, en Colombia.

La producción nacional, hecha 100% de manera independiente, también se proyectó en Chicago, San Diego, Milwaukee, Albuquerque y Washington en Estados Unidos; y Grenoble y Lyon en Francia. En su travesía, la ópera prima obtuvo el premio al mejor director en el Festival Internacional de Kimolos, de Grecia. Recibió el trofeo de la audiencia, quizás el galardón más cotizado en cualquier competencia, en el Festival Rizoma de Madrid y fue premiada con cinco galardones en el Festival del Cine Venezolano 2022, incluyendo mejor película, mejor ópera prima y mejor director.

Por si todo eso fuera poco, Yo y Las Bestias fue incluida en la lista de las “mejores películas latinoamericanas de 2022” de Cinema Tropical, organización sin fines de lucro dedicada a la distribución, programación y promoción del cine latinoamericano en Estados Unidos.

Yo y Las Bestias, cuenta la historia de Andrés Bravo, un músico interpretado por Jesús Nunes, quien decide separarse de su banda de rock alternativo, Los Pijamistas, por desencuentros de tipo político y moral sumados a inquietudes artísticas particulares que comienzan a emerger con fuerza en plena “soledad”.

En la búsqueda de un lenguaje narrativo y estético propio que abreva del realismo mágico en un contexto contemporáneo, Yo y Las Bestias guía al espectador en un viaje al mundo interior de Andrés, se sumerge en su estado de ánimo y, más profundamente aún, en su proceso creativo como músico. Al mismo tiempo, el filme insinúa la compleja situación de un entorno social herido por las separaciones y la sensación de soledad que dejan las migraciones de amigos y familiares.

Luego de dejar, en muy malos términos, a Los Pijamistas, al comienzo de su etapa solitaria, Andrés es visitado por Las Bestias, dos extrañas figuras, solo visibles para él; una mezcla entre ángeles de la soledad y andróginas euterpes que acuden a poblar su melancolía y a enriquecer el mágico proceso de la transformación de la inspiración en música.

Tal vez porque, según ha confesado el director y escritor de la película, el relato audiovisual surgió de la música, Yo y Las Bestias intenta zafarse un poco del esquema narrativo aristotélico tradicional, para contar una historia que se plasma más bien como un video musical argumentado. Así, esta ópera prima de Nico Manzano es como un largo videoclip, no de un tema musical, sino del proceso creativo de una producción completa, que refleja o traduce en imágenes los diversos y múltiples factores que intervienen, directa o indirectamente, en el nacimiento de la obra sonora.

Concretamente, dijo Manzano en declaraciones reproducidas en una nota de prensa publicada antes del estreno mundial de la película, «Las Bestias son la representación externa del proceso creativo musical en solitario».

La participación específica de Las Bestias en el proceso de creación de la música que, consiste en vocalizaciones con una serie de efectos, era un recurso que usó el director para una serie de composiciones en las que trabajó años atrás con Nika Elia (Sexy Bicycle, Bartleby), uno de los compositores de la banda sonora del filme.

A decir del director, la película nació gracias a ese  experimento sonoro con Elia. “Por otra parte, visualmente, la intención fue que la imagen de estas presencias enigmáticas hiciera alegoría a los elementos sonoros que se desprenden de las canciones: el sol y la brisa, elementos representados en el vestuario de Las Bestias con el color amarillo y de una tela con una caída capaz de reaccionar elegantemente al movimiento”, explicó el realizador.

En Yo y Las Bestias, Manzano también intenta escurrirse de las convenciones estéticas con composiciones y encuadres poco usuales que, por ejemplo, en lugar de mostrar, sugieren los rostros de personajes secundarios. El autor también recurre a la expresión plástica influenciada por autores venezolanos, un influjo no solamente evidente, sino además confeso.

Le funcionan muy bien a Manzano, para transmitir la desolación en el estado de ánimo de Andrés, los paisajes de arenas claras y aguas azules, o solo con los azules del agua y el cielo, divididos por la delgada línea del horizonte que no está ahí propiamente, sino que se construye con la unión de estos dos elementos, en composiciones tomadas del neopaisajismo que caracterizó la etapa más prolífica de Ramón Vásquez Brito, una referencia revelada por el propio director.

Tampoco es difícil reconocer reminiscencias, igualmente admitidas por el director, de Cruz-Diez y Jesús Soto, tal vez más fáciles de identificar en el vestuario de Las Bestias, pero también sugeridos en otros encuadres.

En el elenco acompañan a Jesús Nunes, Eduardo Bol, Gael Gaviota, Gabriel Agüero, Jorge González, Carolina Leandro, Estefanía Quijada, Raquel Ordóñez, Gustavo Talavera, Jesús Carreño, Ángel Pájaro y Walter Wenzel.

La producción se filmó entre La Guaira, Caracas y Falcón en el año 2017. La música original está a cargo de Nika Elia, Nico Manzano y Christian Mijares, y contó con colaboraciones de Diego García (Hotel / The Slow glow) Gael Gaviota (Colérico Espín) y Luis ¨Tafio¨ Méndez (Los Humanoides / Irán).

En resumen, Yo y Las Bestias es un filme muy musical que aporta a la construcción de un lenguaje propio del cine venezolano, con una historia que bien vale la pena brindarle una oportunidad al momento de seleccionar un título para pasar un buen rato en la mágica sala oscura.

T/Luis González  F/Cortesía N. L.