El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, experimenta un repunte en su popularidad tras meses de retrocesos. De acuerdo con la encuesta Pulso Brasil/Ipespe, la aprobación del Gobierno subió siete puntos porcentuales en los últimos dos meses y se ubica ahora en 50 %, cifra que marca un punto de inflexión en la percepción ciudadana.
Los resultados evidencian una recuperación en sectores clave, especialmente en la clase media y en el electorado de centro, considerados estratégicos para la estabilidad política. El sondeo muestra que, mientras la desaprobación había alcanzado un preocupante 54 % en mayo, el Gobierno logró revertir la tendencia y consolidar apoyos más allá de su base tradicional de izquierda, que sigue mostrando una fidelidad cercana al 95 %.
En este nuevo escenario, Lula obtiene 51 % de respaldo entre votantes de clase media y 49 % en el centro político, segmentos históricamente más críticos y volátiles. Esta recomposición abre la posibilidad de un mayor margen de maniobra en el Congreso, donde el oficialismo necesita articular consensos para avanzar con su agenda legislativa y reformas económicas.
El estudio, realizado entre el 19 y el 22 de septiembre a 2.500 personas en todo el país, confirma un cambio de clima político favorable al Gobierno, aun con tensiones en el Parlamento y presiones externas derivadas de la política arancelaria de Estados Unidos. Los analistas consideran que esta recuperación fortalece al Partido de los Trabajadores y ofrece un respiro frente a los desafíos inmediatos, aunque los efectos de las recientes protestas y del discurso presidencial en la ONU aún no están reflejados en los números.