La Unión Europea (UE) se ha enfrentado a problemas económicos en los últimos años debido, entre otras cosas, al rechazo a la energía procedente de Rusia, según un informe sobre la competitividad de la UE elaborado por el ex primer ministro de Italia y exjefe del Banco Central Europeo, Mario Draghi.
«Europa ha perdido repentinamente a su proveedor de energía más importante, Rusia (…) Europa ha desaprovechado en gran medida la revolución digital y las ganancias de productividad que trajo consigo», señala el documento.
Otros motivos de los problemas de la economía europea son la competencia con China y el interés desplazado de Estados Unidos.
«Si Europa no consigue ser más productiva, tendremos que elegir: no podremos ser a la vez líder en nuevas tecnologías, faro de la transición climática y actor independiente en la escena mundial. No podremos financiar nuestro modelo social. Tendremos que reducir algunas de nuestras ambiciones, si no todas», reza el informe.
Según Draghi, si Europa deja de ofrecer a la población los valores fundamentales: prosperidad, igualdad, libertad, paz, democracia en un entorno sostenible y garantías, «perderá su razón de ser».
Draghi sostiene que «la UE está entrando en un nuevo período de su historia en el que el crecimiento económico no se verá impulsado por el crecimiento de la población».
«Para 2040, está previsto que la población activa se reduzca en casi dos millones de trabajadores al año, tendremos que confiar más en la productividad», explica.
Draghi también agrega que en Europa, el crecimiento económico se ha ido ralentizando desde principios de siglo, la productividad ha ido disminuyendo y, según diversas medidas, la brecha en el PIB y los ingresos de la población ha ido creciendo entre Washington y Bruselas.
«La UE se ha beneficiado de un entorno mundial favorable (…) El paraguas de seguridad de EEUU ha liberado presupuestos de defensa para gastarlos en otras prioridades. En un mundo de geopolítica estable, no teníamos motivos para preocuparnos por la creciente dependencia de países de los que esperábamos que siguieran siendo nuestros socios», aclara el documento.
La nota precisa que la UE importa alrededor del 40% de las materias primas y tecnologías críticas de terceros países, y esta dependencia no será superada por la comunidad en un futuro próximo.
El mercado energético de la UE, a pesar de las optimistas declaraciones de la Comisión Europea sobre la superación de la crisis energética y la sustitución exitosa de la energía rusa, se enfrenta a problemas fundamentales, falta de recursos naturales, y los precios del gas natural en el bloque comunitario son de cuatro a cinco veces superiores a los de EEUU, subraya el informe.
La doctrina estratégica estadounidense «se está desplazando de Europa al Pacífico»
La doctrina estratégica de Estados Unidos se está alejando de Europa, y la UE debe aumentar sus propias capacidades de defensa, agrega el texto.
«La doctrina estratégica estadounidense se está desplazando de Europa al Pacífico, por ejemplo, la alianza AUKUS [Australia, el Reino Unido y EEUU], bajo la amenaza de China. Como resultado, la creciente demanda de capacidades de defensa se está enfrentando a una oferta cada vez menor, una brecha que la propia Europa debe llenar», destaca el documento.
Según el informe, el gasto total de defensa de la UE representa actualmente un tercio del de EEUU y «la industria de defensa europea padece décadas de falta de inversión».
«Para lograr una verdadera independencia estratégica y aumentar su influencia geopolítica global, Europa necesita un plan para gestionar estas dependencias y reforzar la inversión en defensa», enfatiza el texto.
Asimismo, el texto indica que «gracias a un período prolongado de paz en Europa y al paraguas de seguridad estadounidense», solo 10 Estados miembros de la UE gastan actualmente más del 2% del PIB en defensa, de acuerdo con los compromisos de la OTAN.
En este contexto, la nota agrega que la industria de defensa de la UE necesita inversiones masivas para ponerse al día.
«En junio de 2024, la Comisión Europea estimó que se necesitarán inversiones adicionales por un valor de alrededor de 500.000 millones de euros en defensa durante la próxima década», precisa el informe.
De acuerdo con el texto, entre mediados de 2022 y mediados de 2023, el 78% del gasto total en adquisiciones de defensa de la UE provino de proveedores no pertenecientes a la comunidad, de los cuales el 63% procedía de Estados Unidos.