Dos Largometrajes venezolanos piensa llevar a la edición del festival de Cannes de este año el realizador venezolano Edgar Rocca, pero no para la competencia oficial, decisión que en todo caso corresponde a los organizadores del evento luego de evaluar diversos parámetros, sino para promover la comercialización de las dos nuevas producciones en el reconocido Marché du film, la sección dedicada a las ruedas de negocios dentro del prestigioso certamen francés.
Una de estas dos obras que actualmente completan su proceso de posproducción casi simultáneamente, y que deberán estar listas al menos en marzo, es Otro hombre, una propuesta que, a parte de la pretensión de comercializarla en Cannes, Rocca espera convertirla en su oportunidad para experimentar la experiencia, como realizador, en festivales dentro de los cuales se valoran las iniciativas autorales.
Versatilidad creativa
Además, con Otro hombre, al igual que con Seres, el segundo filme que espera tener listo en las próximas semanas, Edgar Rocca se planteó el reto de demostrar su versatilidad creativa y alejarse del riesgo de ser encasillado como un autor exclusivo de comedias románticas, género de sus tres primeros largometrajes de ficción, El peor hombre del mundo (2016), Infieles (2019), Tres son multitud, cuatro es un desastre (2022), filmes que buscaban la conexión con el público masivo desde la honestidad y la calidad, en un lenguaje que goza de amplia aceptación en la audiencia mundial.
Con Seres, Rocca también busca la conexión con el gran público, pero esta vez desde un género muy poco abordado en la cinematografía venezolana, la ciencia ficción, conjugada en esta iniciativa con el suspenso y el terror, otros lenguajes igualmente populares, aunque quizás un poco menos que las comedias románticas.
De qué va
Por el contrario, Otro hombre, es un proyecto que busca otros espacios, sin dejar de lado el importante aspecto que reviste la potencialidad de comercialización de una obra audiovisual. Se trata, a decir del propio autor, de una película “más autoral” que configura un drama familiar, sobre un actor, un galán al estilo de la vieja escuela de la televisión venezolana, interpretado por Carlos Manuel González (La sombra del sol) que por cuestiones familiares debe volver a su pueblo natal donde se enfrenta a problemas que dejó pendientes hace 20 años y ahora debe resolver para convertirse, definitivamente, en Otro hombre.
Esta historia que Rocca considera como “más seria, más autoral” que sus propuestas anteriores que no poseen las características de las películas que algunos califican como “festivaleras”. “Mis películas nunca las he pensado para festivales, sino siempre como una manera de mostrar trabajo, de ejercitar el músculo creativo y de comercio, de ir a la parte comercial, de ver cómo conectan con las audiencias”, reconoció
Inclusive, Rocca aspira a que Otro hombre pueda entrar en certámenes renombrados como los de Guadalajara o Locarno,” mostrarse quizás en San Sebastián, no necesariamente en las elecciones oficiales, pero sí tener ese recorrido y en algún otro (festival) donde pueda participar”. El plan es estrenar primero Seres, comercialmente en Venezuela y en España, aproximadamente en septiembre y Otro hombre estrenarla quizás en diciembre de este año.
La historia detrás de la historia
Aún cuando Otro hombre sería el sexto largometraje de Edgar Rocca, contando su documental sobre la cinematografía venezolana, Cine invisible, este proyecto tiene como base el primer guion del autor para un audiovisual de larga duración.
La génesis de las instrucciones para configurar esta historia se remonta a sus tiempos de estudiante, cuando estaba cerca de entregar su tesis de grado en la UCV (Universidad Central de Venezuela) y fue a mostrarle un cortometraje de su autoría al maestro Román Chalbaud, con quien tenía el privilegio de trabajar en ese momento
Por aquel entonces, estaba de visita en casa del autor de El pez que fuma, el dramaturgo barquisimetano Gilberto Agüero Gómez, a quien le tocó, por carambola, ver el cortometraje. Evidentemente, al larense le gustó el material, de lo contrario no le habría solicitado a aquel novato Edgar Rocca que lo ayudara con un el único guion que escribió para cine.
En concreto, el dramaturgo quería reescribir el texto para despojarlo un poco del enfoque teatral que le imprimió de manera orgánica.
“Yo acepté, por supuesto. Me pareció súper halagador que esta persona que estaba conociendo me hiciera esa propuesta, y bueno, cuando me dio el guion, encontré una historia que no era como algo que hubiese escrito yo. Traté de respetarla al máximo, la reescribí en un par de meses, nos volvimos a reunir cuando él volvió a Caracas, y allí lo leyó, me dijo que le gustaba, que lo estaba viendo distinto, porque él principalmente escribía narrativa, teatro y teatro infantil. Nunca había escrito un guion”, contó Rocca.
Agüero le hizo algunas observaciones a la intervención de Rocca, como agregar unas escenas que el novato suprimió y modificar otras, propuestas por su coguionista, y el texto se registró.
En un principio el guion no consiguió ningún apoyo, más allá de unas lecturas cruzadas, que ofrecía el CNAC (Centro Nacional Autónomo de Cinematografía), que consistía en la evaluación de la obra por parte de tres especialistas que luego emitían una suerte de reporte.
En 2019, lamentablemente, murió el maestro Agüero, no sin antes ganarle unas breves batallas al cáncer. Para ese momento a Rocca le tocó levantar, como productor ejecutivo, el último proyecto cinematográfico de Roman Chalbaud, Muñequita linda. En 2023 decidió saldar la deuda moral con Gilberto Agüero y llevar a la gran pantalla este drama familiar que aspira presentar en el Marché du film del Festival Internacional de Cine de Cannes
De manera que la realización de Otro hombre es también, para su autor, agradecer la primera oportunidad que tuvo de escribir un guion para un largometraje.