El Departamento de Guerra de Estados Unidos ordenó ataques armados contra embarcaciones en aguas del Caribe, que causó la muerte de 14 personas.
La operación fue dada a conocer por el secretario Pete Hegseth a través de sus canales oficiales, especificando que en el primer ataque murieron ocho personas, en el segundo cuatro y en el tercero dos.
Hegseth aseguró que no hubo víctimas entre las fuerzas estadounidenses. También reiteró que continuarán con su estrategia de rastreo, conexión de redes y eliminación de objetivos, como parte de su campaña contra el tráfico armado de drogas.
Desde septiembre, el Gobierno de EEUU ha llevado a cabo acciones similares en las zonas marítimas del Caribe y el Pacífico, sin presentar pruebas que relacionen los barcos atacados con actividades ilícitas.
Organizaciones internacionales y gobiernos han manifestado su rechazo a estas acciones por parte de la Administración de Donald Trump, considerando que constituyen ejecuciones sin juicio y violan las normas internacionales sobre navegación y soberanía marítima.
