El primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, enfrentó este viernes un escenario inusual en la Asamblea General de las Naciones Unidas, donde fue recibido con abucheos y la retirada de varias delegaciones en los primeros minutos de su intervención.
La tensión en la sala obligó al presidente de la Asamblea General a golpear el mazo para restablecer el orden, en medio de un ambiente cargado por la polarización que suscitan las políticas israelíes en Oriente Medio.
Pese a los incidentes, Netanyahu continuó con su discurso, en el que reiteró sus posiciones frente a los desafíos de seguridad y diplomáticos que enfrenta su país.
La protesta de los asistentes se enmarca en un contexto internacional marcado por fuertes críticas a las acciones de Israel en la región. Diversas naciones han señalado la necesidad de abrir espacios de diálogo y buscar una salida pacífica a los conflictos que afectan a millones de personas en Medio Oriente.
El episodio de este viernes refleja las crecientes divisiones dentro de la comunidad internacional respecto al papel de Israel en la arena mundial y confirma que el escenario de la ONU sigue siendo un termómetro político donde los liderazgos se someten al escrutinio directo de los Estados miembros.